Actualmente existen numerosos modelos diferentes en el mercado.
En términos generales podemos decir que su ventaja frente a los cepillos convencionales es que eliminan mayor cantidad de placa. Llegan mejor a todos los rincones de la cavidad bucal, ya que cuentan con un mango alargado y la forma de los cabezales está diseñada para esa función.
Otra ventaja que presenta el cepillo eléctrico es que el propio aparato controla la presión que ejerce sobre las encías y esto las resguarda de sufrir daños.
Respecto a los tipos de cepillos, cada marca de fabricante desarrolla sus propios modelos, pero todos se caracterizan por su mango alargado y el cabezal. Este cabezal es extraíble, lo que ofrece numerosas ventajas:
El mismo cepillo puede ser usado por los diferentes miembros de la familia, ya que se extrae y en el momento de realizar la limpieza, cada uno puede encajar el suyo.
Hay diferentes tipos de cabezales, para diferentes funciones y hábitos: con cerdas de diferente tipo y algún otro elemento, para limpiar, pulir, etc.
El cabezal es la parte que se desecha y se intercambia. Es más fácil darse cuenta de cuándo es el momento de la renovación que en el caso de los cepillos convencionales, porque en los eléctricos las cerdas del cabezal pierden el color con el tiempo y eso indica la necesidad de cambio.
El movimiento del cepillo eléctrico es automático, por lo que resulta más fácil de usar. Los modelos más avanzados cuentan con diferentes programas de limpieza.
El cepillo viene programado con diferentes funciones y hace que la limpieza resulte más completa, porque cada ciclo de limpieza viene marcado por unas acciones que el propio cepillo ejecutará.
También el control del tiempo de limpieza es automático, lo que asegura que se realice la limpieza de forma correcta.
Además, este temporizador digital en muchos modelos incorpora un visor independiente, a modo de monitor de las acciones del cepillo. Gracias a este gadget, controlamos exactamente todas las variables: el tiempo, la acción que está realizando, la actividad en el tiempo…
Los modelos más completos ofrecen diferentes programas de limpieza, para que elijamos según nuestras necesidades, el estado de nuestra boca, etc. Así podemos realizar una limpieza convencional, o seleccionar una menor presión, un masaje de encías, abrillantamiento de la superficie del diente, etc.
Otra ventaja de los modelos de cepillo más avanzados es que ofrecen además un total control automático por parte del propio aparato de todo el proceso de limpieza y los sensores nos van avisando si se está ejerciendo demasiada presión sobre la encía.
En el caso de los/as niños/as, el cepillo eléctrico se convierte en tutor de la limpieza bucal, ya que controla el tiempo de cepillado, les va guiando sobre el nivel de presión ejercido y les muestra en el monitor, por medio de iconos similares a los emoticonos a los que ya tan acostumbrados estamos, si la limpieza se ha efectuado de forma correcta. Se convierte así en un aliado a la hora de motivarles para adquirir los buenos hábitos de limpieza.
Un inconveniente de este tipo de cepillos es, por supuesto, que necesitan de electricidad para funcionar. Es el propio aparato el que se encarga de avisar cuándo es el momento de conectarlo a la toma de electricidad para que se cargue su batería. Un cepillo eléctrico sin carga de batería, se convierte en manual.
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